Vinilo Bar Temático y Cultural cumplió 12 años de vida
Por Agustín Iribarne
Por más que sea mayo, aún a la mitad del año, es notorio que el Vinilo Fest Nº XII fue y será quizás el evento más importante de este 2023. Con un gran escenario sobre la calle 23, más de 300 personas, 30 artistas y un ambiente exquisito, como es característico, Vinilo Bar ofreció dos noches totales, dignas del recuerdo, y volvió a escribir su mítico nombre en las páginas de la historia de nuestra ciudad con su tinta bohemia e indeleble.
Una primera noche de lujo: hubo indie, tango y rock. Las bandas fueron impecables, y estuvieron a la altura de semejante fiesta. Cerca de las 20: 30 hs. abrieron la noche las chicas de Señorita Miel, lideradas por Delfi Canessa, mostrando algo nuevo en estos tiempos: un rock femenino empoderado, a dos guitarras eléctricas, acompañadas de una gran baterista, el poderoso bajo eléctrico de Enzo Vivas, y un fiel teclado con efectos envolventes. Sus poéticas letras y su actitud intransigente les ubican como lo mejor de la escena juvenil local. Luego, el reconocido ´´Patota´´ Aschero subió a deleitarnos con la presencia del tango local, acompañado de bandoneón, guitarra, bajo y batería. Hizo brillar su voz arrabalera, su gola rioplatense con clásicos como “Por una cabeza” o “naranjo en flor”, en lo que fue una sorpresa perfecta antes de que se suba el histórico Kubero Diaz con su trío, al escenario que montaron cortando la calle 23. Este gran estandarte del rock nacional dio un show de más de una hora, con Sergio Lasif de invitado en guitarra, e hizo un repaso de temas de importantes bandas nacionales como La Cofradía de la Flor Solar, Los Abuelos de la Nada o La pesada del Rock And Roll. Cerró la noche con un tema al cual le puso la música, luego de que “Pancho” Chévez le escribiera al icónico Miguel Abuelo una letra que dice: “no puedo aguantar hasta el lunes por la madrugada, para escribirte el himno de mi corazón”, en honor a esas grandes canciones que trascendieron en la historia de nuestro país.
Las Polillas de Poliéster, con sus once años de trayectoria, fueron los encargados de cerrar esta maravillosa primera noche. Estaban copando la calle 23: flameaban sus banderas, la cuadra era una fiesta; todo el público coreaba sus canciones, que ya forman parte de la cultura inmaterial de nuestra ciudad, pero cerca de la 1 am se tuvo que suspender el show, aunque estaba en su punto más alto, debido a la lluvia. Pero la fiesta siguió adentro: los deseos volaron por el aire como grandes aviones de papel, y la vista hacia el techo se pobló de colores. Con el bar estallado, sólo restaba bailar al ritmo de los vinilos que mezcló hábilmente nuestro embajador local de la música, Esteban Fauri, hijo menor de Quique, y co-fundador de Vinilo Bar. En ese momento, todos notamos que la vuelta al reloj a 33 revoluciones por minuto estaba completa, y que otra vuelta ya estaba en marcha. Vinilo estaba cumpliendo 12 años, y así como un ciclo se cerraba con este desborde de alegría, los festejos también vaticinaban otra vuelta entera. El reloj gira infinitamente… ¿Por qué habría de frenar acá? Sonaron vinilos de Queen, Virus, Fito y mucho más: su atmósfera magnética alejaba la salida, a pesar de que sus puertas se abrían constantemente para hacer ingresar más cajones de cerveza. Creo que ni los Fauri se hubiesen imaginado tanta gente. A pesar de ser miércoles, se festejó hasta pasadas las 5 am. “Varios faltaron a laburar ayer”, dijo entre risas Esteban Fauri, al día siguiente.
En la segunda noche la vara siguió altísima: comenzó con una zapada de gypsy jazz por nada menos que Roque Monsalve y su cuarteto de cuerdas, integrado por Pablo Vázquez y Fran Seglie en guitarras, y Rafael Marreno en violín,quienestocaron en la vereda, entre las mesas, para todos los presentes. Así entraron en calor e hicieron tiempo para que Rober Bocacci, el gran cantautor mercedino,líder de Belladona, se acomodara en la esquina de los artistas, junto a Joaquín Sellan en teclados, y el Sapo Miodownic en batería. En un show de una hora, presentaron el nuevo EP de Rober, titulado “Elogio a la Oscuridad” y repasaron algunos temas de su disco solista de nombre homónimo, donde una de las más bellas voces de nuestra ciudad juega y se permite redescubrirse junto a la calidad de sus músicos acompañantes. Cerca de las 11 de la noche, luego de una compleja prueba de sonido, hicieron sonar sus primeros acordes el cuarteto de Roque Monsalve, prometiendo lo que sería un show espectacular, con uno de los mejores guitarristas nacionales de jazz gitano. Este género que desarrolló Django Reinhardt, al fusionar el swing con la tradicional música gitana de Europa del este, fue lo que inspiró a Roque Monsalve, quien tocó la lista de temas que habían hecho con su grupo el mes anterior en Thelonious Club, el reconocido bar de jazz de capital, con algunas modificaciones. Algunos temas fueron “Minor Blues”, “Django Tiger”, la clásica balada “Nubes”, “Made in France”, entre otros. Luego del show, siguieron zapando hasta las 5 am, coronando así lo que fue “el mejor viernes de la historia”, en palabras de Esteban Fauri, productor artístico, sonidista y fundador de Vinilo, con su padre “Quique”, su madre Celeste y su hermano Gastón, las cuatro patas que sostienen al Vinilo Bar Temático y Cultural. Que el reloj siga girando, y por otras vueltas más. Feliz cumpleaños número 12 al mejor bar del mundo.
“Como siempre, durante toda la historia del bar, todos los aniversarios fueron más largos, y desde que llegó la cuarentena no pudimos hacer un Vinilo Fest durante 3 años. Hoy en día tuvimos que reducir a dos días, en conmemoración por el día que inauguramos, un martes 17 mayo de 2011”, cuenta Esteban Fauri en diálogo con Protagonistas. Y agrega: “seguimos haciendo lo que sabemos hacer: transmitir y potenciar la cultura y el arte; creo que ese es el ejemplo de este grupo de personas que somos Vinilo Bar”.
- ¿Qué te representa para vos ser el artífice de Vinilo, junto a las otras tres patas?
Esteban Fauri: “Para empezar, mucha felicidad de que esas patas que nos sostienen sean mi hermano, mi viejo y mi vieja; a partir de ellos empecé a forjar la parte artística… Cada uno cumple su función y eso es fundamental para que esto fluya y suceda. Si bien aprendo todo el tiempo, para mí es un sueño en vida. Y espero que esto siga sucediendo, porque esto que se hace con muchísimo laburo, muchísimo amor, inversión de tiempo y de dinero, es lo que aportamos al arte y la cultura de nuestra ciudad. Y damos lo mejor que podemos a Mercedes porque estamos acá y somos de acá”.