“Mis padres desde amor son Hebe Sereno y Juan Antonio Lezcano. Con mi madre biológica, la vida nos reencontró hace apenas un par de años. Mi entorno se encargó de hacerme la vida fácil y a todos les estoy más que agradecido”.
Lucas Argüello Lezcano, 33 años, empleado en el área de la producción de la Municipalidad de Mercedes. Soltero, de novio con Patricia Ramírez (32), empleada. Hoy nos cuenta algo de su vida, sus experiencias, su familia, su trabajo, sus gustos, sus cosas…
¿Tu barrio de crianza y amigos…?
Mis primeros años los transité en barrio llamado “Soldado Balbidares”, en 8 entre 53 y 53 Bis., casa de mi abuela Mercedes (mamá de Lorena) y en el que me hice de los primeros amigos de juegos y travesuras. Entre ellos estuvieron Facundo Rivas, Mauro Díaz, Fernando Oteiza, Facundo Mosca…(siguen) juntándonos en los espacios libres para jugar en especial a la pelota. Desde chico me apodan de dos maneras, “Pipi” o “El Loco”.
¿Siempre allí…?
No. Creo que cuando tuve cinco o seis años, pasé a vivir con Hebe Sereno y su esposo Juan Antonio Lezcano, que falleció hace unos años afectado de cáncer, en 11 entre 34 y 36. Ellos se convirtieron entonces en mis viejos y me mimaron de todas formas.
¿Cómo se compone tu familia…?
Mi madre biológica es Lorena y ella me dio su apellido cuando me tuvo a sus 12 años de edad. No supe con demasiados detalles qué pasó entonces, sólo sé que era menor y que pese a eso no interrumpió su embarazo y yo soy la persona que soy hoy. Lo cierto es que me crié los primeros años con su mamá, Mercedes y como dije antes, me mudaron junto a los que han sido y son para mí, mis padres de la vida, Hebe y Juan Antonio.
¿Fuiste consentido…?
Más que consentido pero creo que no hice uso abusivo de todo lo que he recibido y recibo hoy de mi entorno. Si hubo límites en casa, no recuerdo que hayan sido tantos o sencillamente nos los hubo. Digo que pese a ser travieso, no les causé a mis viejos problemas pesados.
¿Tus estudios…?
Cursé la primaria en la Escuela Nº 1 “Víctor Mercante” en 24 y 15, en la que fueron mis compañeros entre otros Diego Lucero, Víctor Subigaray, Emiliano Ramis, Clara Borgini, Lucía Neiro, Ayelén Maineri… y fueron algunos maestros Iris Russo, Mercedes Pueblas, Marilén Martinelli… y te confieso haber sido bastante revoltoso e inquieto… (se ríe).
¿El secundario…?
Para esa etapa de mis estudios, ingresé a la Escuela Media Nº 3, el antes denominado “Colegio Nacional Florentino Ameghino”. Mis compañeros de entonces fueron entre algunos otros por supuesto, Gabriel Cerisola, Lucas Cestari, Matías Grassi, Eugenia Colao, Gabriela Pérez, Sandra Sandoval… perteneciendo al cuerpo docente Oscar Pozzi, Lidia Prina, Sandra Almada, Juanita Ganduglia, Matías Gómez (siguen).
¿Fuiste bueno con los estudios…?
Mi conducta no me permitió ser de los mejores en primaria, pero ya en el Nacional, las cosas se acomodaron cuando hice nuevos compañeros y se me ordenaron las cosas mejor, en la cabeza.
¿Al finalizar…?
Tuve la intención y de hecho lo hice, de iniciar una carrera terciaria en la UNLu. para la licenciatura en comercio internacional, para lo que viajé durante un par de años a Luján y cursé sin desentonar demasiado, pero a decir verdad, no me atrapó el tema y tuve la desaconsejada experiencia de comenzar a trabajar y manejar mi propio dinero, lo que atentó con mi carrera seguramente.
¿Entonces…?
Mis viejos fueron los que primero me dieron lugar junto a ellos mismos para empezar a hacer algo. Desde siempre estuvieron ligados al comercio, en la parte textil con su negocio en 11 entre 36 y 38 (retacería La 11) y luego como supermercado y panadería en 36 y 13. Allí creo que me sumé al trabajo con el viejo, al que llamaron siempre el “Cabezón” y los libros pasaron a mejor vida.
¿Hasta cuándo con los viejos…?
Siempre busqué de conseguir mayores ingresos y tratar de mejorar en lo laboral, de modo que conseguí empleo en la Distribuidora Delvento, de Daniel (Delvento) en 30 entre 37 y 35, tiempo del que tengo el mejor de mis recuerdos. Pasado un tiempo ingresé a la empresa Magromer, sobre el Acceso Sur, pero estuve por solamente unos meses, ya que por suerte pude ingresar a la planta de empleados de la municipalidad, cuando era intendente Carlos A. Selva, en el año 2007.
¿En qué área…?
Al principio estuve en la de Seguridad, siendo mi jefe directo Esteban Rossi, pero no mucho después me pasaron a Producción en la que estoy actualmente.
¿Tus compañeros actualmente…?
El Director es el Ingeniero Marcelo Denapole y otros compañeros son Fernando Zapata, Cristian Guasco, Andrea Cabral, Alfredo Ghione, Silvina Castillo, Jorge Panessi… con quienes trabajo en un ambiente agradable y con el sentido del compañerismo.
¿Te gusta tu trabajo…?
Me gusta porque siempre hay nuevas cosas sobra las que trabajar y no resulta por ello, nada monótono. Se presentan nuevos proyectos y con ellos nuevas actividades.
¿Tus amigos de salidas y festejos…?
Formo parte de una barra muy linda y unida en la que prácticamente no existe diferencia alguna. Estamos Javier Genaro, Lucas Cestari, Mariano Cabral, Matías Solivella, Gastón Morello, Leonardo Beltrame, Ignacio Mazzocchi, “Lucho” Bonamino… Con ellos nos juntamos los viernes para jugar a la pelota, es como un rito.
¿Cuándo te conociste con Patricia…?
No hace demasiado tiempo es que nos comenzamos a tratar y nos hicimos novios. Fue en el boliche “Vinilo” en 24 y 23. Nos conocíamos de antes y del barrio pero sin tratarnos. Los dos coincidimos saliendo de relaciones anteriores y todo terminó en lo que es nuestra realidad. Hoy comenzamos la convivencia alimentando nuestro futuro.
¿Es cierto que no hace tanto que te comenzaste a tratar con tu madre biológica…?
Es cierto. Yo sabía desde muy chico que era Lorena (así la llama él) y nos hemos cruzado muchísimas veces en la calle, sin que nada nos acercara. Hace poco más de dos o tres años, fui invitado al cumpleaños de quince de una hermana suya en el Círculo Policial de Altamira. Cuando llegué y ya tarde, vi que Lorena estaba allí pero lejos de donde yo estaba. Pasé en un momento al baño y al salir me encontré con ella que me dijo si podíamos hablar… mientras muchos de los invitados estaban agolpados a una de las ventanas observándonos. Hablamos un par de minutos y quedamos en que lo haríamos mejor en otro momento y lugar.
¿Entonces…?
Durante varios meses, al salir yo de mi empleo en el municipio, Lorena estaba allí esperándome, en muchas ocasiones simplemente haciéndose ver y nada más. Tanto fue que ocurrió eso que en una oportunidad nos cruzamos a “El Cabildo” y allí charlamos bastante. Ese fue el inicio de nuestro reencuentro.
¿Hubo reproches…?
De ninguna manera. Yo por el contrario y sin meterme en intimidades, le agradecí su valentía al tenerme y no haber optado por un camino que no fuera el de permitirme vivir. No tengo derecho a juzgar a nadie, porque me imagino que ella ha sufrido desde su lugar, tanto como yo desde el mío.
¿La familia que te llegó con Lorena…?
Mis tres medio hermanos son Eliana Lavallen (28), Julieta Bullón (21), ambas empleadas y Augusto (12) alumno del Colegio San Luis. Cuatro son mis sobrinos, Benjamín, Maia, Alejo y Ramiro, hijos de Eliana. Soy un tío nada presente y estoy tratando de corregirme en ese sentido, aunque me encanta verlos crecer y jugar. Los papás de Patricia, “Pato” son “Nelly” Cretella y José (Ramírez).
Fuera de juego
Soy hincha de Racing.
Tengo varios amigos y nombro en dos a todos ellos; Jesús Castellari y Marcos Lavallén.
Mi comida es el asado y por supuesto con un buen Malbec.
Soy bastante temperamental y eso no está bueno, pero se me pasa.
Soy solidario y con buen sentido del humor.
“Pato” es muy buena y tiene un gran empuje. Hace todo lo mejor que puede.
Es algo cabrona, como buena hija de españoles.
M e gustaría viajar con Patricia a la tierra de sus ancestros y lamento no haberlo podida hacer con el “viejo”.