“Vine a Mercedes en 1980 y desde entonces mis visitas profesionales se han mantenido. Soy platense como toda mi familia y aquí recibo de mis pacientes también su afecto y reconocimiento. María colabora conmigo casi desde siempre”.
José María “Pepe” Landolfi, 71 años, médico dermatólogo y doctor en medicina. Casado con Graciela Bonnani (67) docente jubilada y psicóloga social. Cuatro hijos; Ezequiel (f), Esteban José (40) médico dermatólogo; Emilio (37) licenciado en recursos humanos y Virginia (31) psicóloga. Cinco nietos, Iñaki, Indiana, Lucio, Teo y Sara. Hoy nos cuenta algo de su vida sus experiencias, su familia, su profesión, sus gustos, sus cosas…
¿Tu familia…?
Soy único hijo. Papá, doctor en bioquímica y bromatología, llamado José María, falleció a los 91 años en 2001. Mamá era Delia Eiriz y falleció a los 70. Mis hijos han formado sus respectivas familias. Esteban, médico y de mi especialidad, forma pareja con Mariana González que es profesora de educación física y son papás de Lucio. Emilio con Agustina López que es abogada, tienen a Indiana y Teo. Y además, Iñaki y Sara, son los hijos de Virginia y Fernando Etcheverry, también abogado. El mayor, Ezequiel, falleció hace ya casi 5 años, el 1 de julio de 2014.
¿Naciste en La Plata…?
Nací y permanezco en la misma casa que hoy ocupo con Graciela desde que nos casamos, en calle 10 entre 40 y 41, siendo mi hogar paterno con varias refacciones que fuimos haciendo a medida de que la familia crecía.
¿Tus estudios…?
Para la primaria comencé en el “Saint Michael”, como medio pupilo. Allí algunos de mis compañeros fueron Oscar Bernal, José Baran, Ricardo Alvarado, Cristina Deorsola, Liliana Cabarrú, Ricardo Borrazas… Para el secundario, pasé al Colegio Nacional de la Univ. de La Plata “Joaquín V. González”, y entre mis amigos estuvieron Horacio Raverta, Guillermo González Lima, Gerardo Pepe, “Baio” Iriarte, Luis Sáenz y Luis Horacio Pedemonte… Algunos profesores fueron Loedel, Masa yPousa, con el agreso en 1966.
¿Ya habías decidido ser médico..?
Nunca tuve dudas y desde muy chico supe en mi interior que sería alguna vez médico y para eso ingresé a la Universidad de La Plata en 1967. Tuve buena carrera, sin tropiezos y egresé en tiempo y forma en 1973. Me quise perfeccionar y en 1978 obtuve el título de Doctor en Medicina y en 2009 el de Médico Consultor. Además a lo largo de tantos años fueron muchos los cursos y ateneos en los que he participado.
¿Por qué elegiste la dermatología…?
Yo era practicante en el Hospital de Magdalena en el que generalmente se hacían cirugías y los médicos nos aconsejaban tomar alguna especialidad antes de dedicarnos a la cirugía general. Como ya estaba seducido por la plástica, lo conveniente según ellos, era aprender piel, agregando que si no lo hacía, iba a terminar operando a ciegas, sin saber bien en qué estaba interviniendo. Fue entonces cuando hablé con el Dr. Mirande que resultó mi maestro, permitiéndome asistir a su servicio. Así seguí la especialidad y nunca más intervine en una cirugía.
¿Cómo fue lo de llegar a Mercedes…?
Por intermedio del Dr. José Luis De Paola, que ya venía a Mercedes para atender su consultorio, pensé en que era posible venir con mi especialidad que para entonces no tenía demasiados referentes. Fue en 1980 y comencé en el sitio en el que aún permanezco, que fue el consultorio del Dr. Freddy Swissen, en Av. 17 entre 14 y 16. Al principio y de acuerdo a la demanda que tuve, venía los sábados y regresaba ese día a casa. Luego empecé a quedarme a dormir en casa de Ana Saporiti, mercedina que residía allá y, finalmente fijé las citas los miércoles por la tarde y los jueves casi todo el día, naturalmente alojado en el Hotel Mercedes.
¿Casi cuarenta años…?
Es cierto y te soy sincero, porque además lo he dicho más de una vez. Que por aquellos años estuve masticando la idea, cuando me fuera posible, me vendría con mi familia a residir aquí. Cierto es que para eso trabajaba en Berisso, en el Servicio de Dermatología del Htal. Mario Larrain.
¿Eso no se dio…?
La vida nos va mandando por diversos rumbos y los cambios nos marcan opciones distintas a las que se imagina. Mi familia creció y cambiar todo, no resultaba fácil. Lo cierto es que sigo hoy viajando semanalmente para atender mi consultorio, recibiendo de mis pacientes, el afecto y cariño que el tiempo nos ha permitido de ambas partes.
¿Hasta cuándo…?
Es una pregunta para la que tengo una firme respuesta y es que mientras sienta en mi fuero más íntimo, el gusto y placer de hacer lo que hago, voy a seguir en lo mismo. Más de la mitad de mi vida la llevo viniendo y he cosechado amigos y conocidos, gente realmente maravillosa. A eso no se renuncia fácilmente. Te cuento que atiendo pacientes que viajan desde ciudades de la provincia, Bragado, Chivilcoy, Navarro, Suipacha, Luján, Lobos…, lo que nos marca que el ida y vuelta es fructífero. Desde hace 37 años, recibo la gran colaboración de María del Carmen Anido.
¿Tus maestros…?
La lista de los grandes que pude conocer y aprovechar de su sabiduría, es abierta sin duda con el Dr. Luis Mirande, que presidió nuestro Ateneo Semanal durante muchos años. Quiero decirte que en nuestro país hay y hubo eminencias en la especialidad como el Profesor Julio Martín Borda, el Dr. Luis Pierini de trayectoria internacional y el Profesor Deggos, por mencionar a algunos pocos.
¿Cuándo te casaste…?
Con Graciela nos casamos el 5 de diciembre de 1974 en la Parroquia “Virgen del Pilar”, viajamos de luna de miel a la costa atlántica y al regreso nos instalamos en mi casa paterna, en 10 entre 40 y 41.
¿Esteban te acompaña en el consultorio de allá…?
A la sociedad que formamos desde hace años con Luis Pedemonte, amigo desde la etapa de nuestro jardín de infantes, se sumaron Esteban, mi hijo y la Dra. Beatriz Malatía. Compartir con mi hijo nuestra profesión, es muy bueno.
¿Cómo son tus hijos, en una palabra…?
Ezequiel ha sido y son mis ojos. Esteban es el profesional supero exigente con él mismo también. Emilio es ejecutivo por excelencia. Virginia, desde siempre ha sido y es “mi nena”.
¿Disfrutás el abuelo…?
Es fantástico y en poco tiempo, nuestros hijos nos hicieron abuelos, cinco veces en menos de cuatro años. Los disfruto todo lo que puedo y están o pasan todos por casa diariamente.
FUERA DE JUEGO
Aunque parezca mentira no simpatizo con el fútbol y con los deportes. Solamente suelo mirar algún combate de box por televisión.
Uno de mis grandes amigos es también mi socio, Luis Horacio Pedemonte.
Mi plato preferido es el pastel de papas. Me agrada el vino tinto.
Soy responsable en todo lo que debo serlo. Soy paciente, solidario y tengo la virtud de saber escuchar.
Ser autoexigente suele ponerme en problemas e incomodar a otros.
Graciela es una mujer íntegra. Excelente madre, abuela y esposa. Piensa siempre en todo nosotros y está en todo.
Si tiene alguna falla es mostrarse algo intransigente.
Nos gusta viajar y lo hacemos con Graciela en la medida que podemos.