(Por Walter Anido)
En innumerables ocasiones hemos usado la frase, “te lo dije 1500 veces”. Forma parte de nuestro repertorio, de nuestras muletillas habituales cuando queremos dejar bien en claro que hemos advertido sobre alguna cosa en muchas oportunidades. Precisamente 1500 veces hemos tenido la enorme satisfacción de poder estar en la calle con nuestra entrega periodística semanal y como remarca la frase, nosotros queremos ponderar que no es un hecho menor que hayamos llegado hasta aquí. Protagonistas ha comenzado allá por la década del 90, con ilusiones y sueños de un grupo joven que irrumpía en la vida periodística de la ciudad con el afán de crecer y consolidarse como una propuesta que contenga y mantenga un ADN típicamente mercedino. Para ello era necesario que ese primer grupo de hombres y mujeres que formaban parte del emprendimiento comprendieran el espíritu que inspiraba el nacimiento de un medio de comunicación que en el mes de mayo próximo cumplirá nada menos que 29 años de existencia. Tal vez comparado con la vida de otros periódicos en formato papel no sea un número significativo, pero para quienes estamos cada semana con el compromiso de informar a nuestra comunidad, es un dato de trascendencia. En todo este recorrido hemos acompañado diferentes procesos que nos han puesto a prueba de manera permanente. Porque vivimos en una Argentina donde no hay períodos prolongados de certidumbre en muchos aspectos, esencialmente en lo económico. Y un medio de comunicación no es ni más ni menos que una empresa, que necesita de recursos para su sostenimiento, que se convierte en una fuente de trabajo que le permite a un importante número de vecinos obtener el sustento económico, que requiere de proveedores que aportan insumos que deben respaldarse con el cumplimiento de determinadas obligaciones. Y en ese camino hemos atravesado lo que en los últimos tiempos se ha utilizado para definir tiempos de crisis: Turbulencias. Desde 1990 hasta aquí hemos vivido corridas cambiarias, períodos inflacionarios, depreciación de nuestra moneda, caída en el consumo, falta de liquidez, y todo lo que se pueda imaginar en ese aspecto. Pero cada una de esas tormentas pudo ser sorteada. Las razones se pueden explicar de manera sencilla. Las claves de una trayectoria comunicacional no resultan una casualidad. Su basamento radica en la buena elección de los equipos de trabajo, en la incansable búsqueda de soluciones para obtener mejores resultados, en acompañar los procesos tecnológicos que han sido vertiginosos y obligaban a estar preparados, aunque de manera especial hay columnas vertebrales que hacen posible que por otro lunes más estemos en la calle: el acompañamiento de los lectores y el apoyo de los auspiciantes. Nada hubiese sido posible sin esas dos cuestiones, las que demuestran que no todo pasa por una cuestión de estricta coyuntura comercial, sino de una confianza recíproca que se cimenta cada siete días. También es oportuno hablar de cuestiones periodísticas o más bien comunitarias. Cuando decíamos que intentábamos interpretar una partitura del ADN mercedino estábamos referenciando que fue siempre un “life motive” abarcar dentro de las posibilidades que se presentan en un medio del interior, toda la prolífera actividad que se desarrolla en nuestra comunidad. En lo institucional, en lo deportivo, en lo cultural, en el quehacer cotidiano. Creemos haberlo conseguido. Nos sentimos parte de una sociedad y podemos jactarnos de expresarnos libremente en cada momento que nos toca poner algunas líneas sobre una hoja en blanco. Tal vez podamos discutir pequeñas diferencias entre la libertad de expresión o como dijimos “expresarnos libremente”. Pero estamos convencidos que ejercemos un derecho que nos asiste como a cualquier ciudadano, derechos que nos dan libertades, de expresión, de pensamiento y de conciencia. Es natural que hayamos cometido algunos yerros, son parte de la vida misma, pero de cada uno de ellos hemos aprendido como un ejercicio que nos permitió seguir por el camino que nos planteamos hace más de 25 años y que aún seguimos recorriendo, con diferentes matices pero con iguales convicciones. Salud para estas 1500 ediciones, salud para un semanario que te lo dijo 1500 veces.