Inédita presentación de una interesante muestra, en el marco de un recital de canciones sefaradíes y evocación de la integración y aportes de la colectividad judía al Mercedes de ayer.
Si bien proliferan en el país –y en otros del Continente-, las escuelas, colegios, bibliotecas y otras entidades culturales que rinden homenaje al “Maestro de América”, a través de la adopción de su nombre; la creación de nuestra benemérita Biblioteca “Domingo Faustino Sarmiento” -que cumplió ya 132 años-, constituyó un antecedente inédito de excepcionales caracteres, que resulta casi desconocido para los mercedinos.
En efecto, vivía aún el “Gran Sanjuanino” cuando se le solicitó autorización para asignar su nombre a una biblioteca que se fundaría en nuestra Ciudad, hallando la solicitud gran receptividad de su parte, aceptando complacido y brindando su formal consentimiento. Tan sólo una año más tarde el ilustre prócer transitaba a la posteridad. El entonces Presidente de la República, Carlos Pellegrini, al despedir sus restos mortales, dejaría para los tiempos, tal vez la más bella expresión de todas las que se dedicaron a su memoria: “Fue el cerebro más poderoso que haya tenido la América y en todo tiempo y lugar hubiera tendido sus alas de cóndor y morado en las alturas”.
¡Qué singular privilegio el nuestro, contar entre los más preciados tesoros del patrimonio cultural de la Ciudad, con esta Casa que honra al libro, conservando miles de valiosos ejemplares y agregándole inestimable valor, el nombre que lleva como testimonial legado de aquel histórico consentimiento, emanado del propio Sarmiento!
Desde siempre, los magros ingresos recibidos del Estado, han requerido del empeño, la dedicación y el esfuerzo desinteresado de vecinos de buena voluntad, quienes han ido dirigiendo sus destinos, preservando el edificio y su invalorable contenido, de los embates impiadosos del tiempo, que bien merecen la gratitud de la comunidad.
Un acto de inédita temática
En tal contexto, desde diciembre del año anterior un grupo directriz que encabeza como Presidente Leonor Ocampo, se ha propuesto darle a la Institución un nuevo impulso, que le permita asumir un rol vanguardista en la actividad cultural de Mercedes. Consecuentemente, realizaron un acto que contó con numerosa concurrencia, dándole marco a una muestra fotográfica y de otros testimonios, que aportaron numerosas familias, sobre el pasado de la Ciudad y el aporte –en este caso-, de la comunidad de ascendencia judía.
Un recital sobre canciones y música sefaradí, contó con la actuación del Arquitecto Jorge Mehaudy, quien brindó un espectáculo de manifiesta calidad profesional, brillando su actuación no solo por sus dotes de músico y cantante, sino por sus oportunas, cordiales y eruditas explicaciones sobre el significado o marco histórico de sus entregas, haciendo gala de dominio del escenario con la solvencia de un “showman”. Estuvo acompañado por tres músicos que exhibieron también su profesionalismo; la cantante Camila Castro, el percusionista Marcelo Giorgione, mientras el teclado estaba a cargo de Ezequiel Iglesias.
En varias oportunidades el público acompañó con sus manos el ritmo contagioso de las canciones, entre las que tuvieron más éxito “Buena Semana” y “El Rey Nimrod” y el conjunto debió hacer más de un bis, al concluir su muy aplaudida actuación.
Disertación del Prof. Dulevich Uzal
Especialmente invitado por la Titular de la Entidad, el Profesor Ariel Dulevich Uzal, brindó una conferencia que destinada a la presentación de la muestra, abordó una amplia temática referida a diversas cuestiones étnicas, sus connotaciones internacionales y el aporte de la colectividad judía, que arribó a Mercedes en el marco de la gran corriente inmigratoria, de fines del siglo XIX e inicios del XX.
Comenzó el orador señalando la coincidencia del acto con la celebración del Año Nuevo Judío, que se iniciaba al día siguiente con la aparición de la primera estrella, y el saludo de estilo; “Shaná Tová”, explicando que el significado de la expresión era “Año” –Shaná- y “Bueno” –Tová-; agregando que el espíritu del saludo en la liturgia era profundamente humanista, pues no se circunscribía a los hebreos, en tanto tenía un sentido universalista, abarcando a la comunidad local, el país y el mundo. “¡Qué bueno sería –dijo- traer simbólicamente a este ámbito el cálido sentido de la evocación y el espíritu fraterno de la finalización del año, aunque estemos en septiembre, con el saludo coreado por todos nosotros!” A esta exhortación el público asistente coreó de buen grado: ¡Shaná Tová!
Luego el expositor explicó que las dos corrientes distintivas del judaísmo, eran la Sefaradí y la Asquenazi. La primera identifica a los judíos estrechamente ligados a la cultura hispánica, que vivieron en la península Ibérica y convivieron con los árabes durante varios siglos mientras duró la ocupación musulmana, pero fueron expulsados de España con la reconquista cristiana. Estaban preferentemente dedicados al comercio. Mientras la segunda, se refería a los hebreos de origen europeo que se inclinaban vocacionalmente a la ciencia y las artes. En alguna medida estas tendencias han sobrevivido, aunque por supuesto no son terminantes.
Sostuvo que le proporcionaba gran satisfacción que después de casi 50 años, se volviera a escuchar música en ésos salones, pues siendo Presidente de la Comisión de Actos Culturales, organizó un concurso folklórico que tuvo gran repercusión popular, contando con la ayuda de Oscar Zárate y los hermanos Capacio.
Se extendió luego Dulevich Uzal, en la descripción de la que llamó la civilización judeo-cristiana y su trascendencia cultural en el mundo. Explicó que el Antiguo Testamento era común a ambas concepciones, recordando que Moisés era venerado como un profeta por el cristianismo y que Jesús era judío y sus apóstoles también lo fueron. Apeló el orador a una metáfora para explicar similitudes y diferencias entre judíos y cristianos, señalando que se trataba de “una montaña y mientras unos ascendían a la cumbre por una ladera, otros la escalaban por la otra. Pero en la cumbre estaba el reconocimiento común a ambos del monoteísmo, sobre la concepción de la existencia de un Dios –o Jehová-, un ser único y omnipotente”. Esta figura generó el aplauso espontáneo de los asistentes.
Recordó que una idea central para cristianos y judíos, era el mesianismo sostenido por ambos, pero mientras Jesús fue el mesías para cristianos, para los hebreos aún no ha llegado, pues sostienen que los males del mundo aún subsisten; el odio, las guerras, el egoísmo. De ahí deriva también que “mientras el mundo occidental transita el año 2018, por la llegada de Jesús, los judíos que siguen aguardando, celebran el año 5779”.
Trazó luego una rápida reseña del mundo de la postguerra mundial, en que “la Diáspora –es decir la totalidad de los hebreos del mundo-, después de haber sufrido la tragedia del holocausto, en que el nazismo dio muerte a más de seis millones de judíos; se propuso como único recurso para evitar la regresión una persecución semejante y lograr seguridad para las generaciones venideras, la creación del Estado de Israel.”
La colectividad en Mercedes
Aquí en Agote y Gowland se fundó la Colonia Julio Levin y numerosos jóvenes de ambos sexos, pertenecientes a familias de ascendencia judía, venían de la Capital para aprender a laborar la tierra y capacitarse para una vida futura en los denominados “kibutz”, en “la Tierra Prometida”. De manera que “muchos pioneros abnegados de la cruenta etapa inicial en procura de la utopía soñada, vivieron esporádicamente en ésos pueblos rurales del Partido de Mercedes.”
Otro capítulo del relato de Dulevich Uzal que fue seguido con vivo interés por el público asistente, fue la mención de quienes fueron los primeros judíos que se instalaron en Mercedes, integrándose plenamente a la comunidad de entonces y constituyendo nuevas familias, en muchos casos a través de matrimonios mixtos de diferentes credos, demostrando un amplio espíritu que dejó atrás todo preconcepto. Señaló que hubo una diversidad de profesiones, oficios y hasta dirigentes políticos, recordando con emoción a su padre que fue Diputado, Don Miguel Dulevich. También por su condición de permanente directivo de la Biblioteca, su tío el médico Waldemar Dulevich.
Procedió a citar los apellidos que su memoria le permitió, en algunos casos con sus nombres de pila: Carlos Waizman (Fue Presidente del Colegio de Abogados), Salvador Hasan (fue muy aplaudido), David Labos, los fotógrafos Waizer y Balquind, los hermanos médicos Fortunato y José Benaím (el Instituto del Quemado lleva hoy su nombre), Adolfo Brudnick, Manolo Lisfchif (Dirigente Socialista, Hermano de la destacada poetiza), el matrimonio Mehaudy (saludó el orador a la Madre del Músico allí presente), Familia Krasnoff, Esther Meiksins, Savisky, León Bentolila (Llegó a ser Jefe de la Policía de la Provincia de Bs. As.), Natalio Bores Yussef, Marcos Farache, Mario Perkal (Médico y eximio violinista), David Novack (Médico), Bulansky, Matzkin.“Sé que quedarán otros nombres en el tintero, pero estos son los que recuerdo”, expresó.
“Quiero dejar mi testimonio de reconocimiento –concluyó Dulevich Uzal-, hacia la labor que desinteresadamente desarrolla Leonor Ocampo y quienes le acompañan y me permito exhortar a la comunidad, a que le brindemos toda nuestra ayuda para que la Biblioteca, sea una Institución floreciente, que atraiga y convoque a los jóvenes y continúe su inestimable aporte a la labor educativa y cultural de nuestro amado Mercedes”.
(Fue fotógrafa del acto Débora Dulevich)