El titular de la ONG llamó a armonizar las miradas sobre las tecnologías entre pibes y adultos. El Dr. Hernán Navarro aseguró que el grooming es una problemática que crece en Argentina. “Dejar un pibe solo en las redes es como dejarlo solo en una plaza a la una de la madrugada”, sentenció.
La seccional local de AEFIP Mercedes tuvo una buena iniciativa que pasa por el abordaje de una problemática muy seria, que avanza en la sociedad y que hay que estar bien alertas. Se trata del “grooming”, un término que ni siquiera ha aceptado la Real Academía Española pero que tenemos que adoptar y comprender su significado. Este anglicismo se aplica en aquellos casos donde un adulto, haciéndose pasar por un menor, quiere ganarse la confianza de otro. Estamos hablando de las redes, estamos hablando de Internet. El Secretario General de la seccional, Juan Martín Andrés, fue quien presentó al máximo referente de la ONG Grooming Argentina, el Dr. Hernán Navarro. La AEFIP a nivel nacional ha firmado un convenio para recorrer buena parte del país y llevar de la mano de esta organización, las alertas y herramientas necesarias para intentar no caer en este peligroso engaño.
Abusos
El Dr. Navarro brindó una interesante charla en el Concejo Deliberante. Pero antes en declaraciones a la prensa sobre el grooming en Argentina dijo que estábamos ante un problema grave que está creciendo considerablemente en todo el país, “desde la cifra negra y no desde los casos judicializados”, expresó. Grooming Argentina ha creado una aplicación para denunciar casos. Una encuesta determinó que un 70 por ciento de la población desconoce qué es el grooming. “Los pibes están siendo abusados en Internet sin contacto físico… ¿cómo hacer para mitigar la vulnerabilidad?, es difícil. Vemos que digitalmente el mundo adulto está anestesiado, se autoexcluye, carece de información, desconoce el lado B del mal uso de las tecnologías”, dijo Navarro quien dejó en claro que el celular no era un juguete. “A la tecnología no se la combate sino que se la compite… porque los pibes tienen esa habilidad y esa destreza para manejarla, pero carecen de la percepción del riesgo”, agregó. Indudablemente para Navarro deben armonizarse las miradas entre los adultos y los pibes (especialmente entre 12 y 14 años) sobre estas cuestiones. También destacó como relevante el rol activo de las comunidades educativas. “Dejar un pibe solo en las redes sociales es sinónimo a dejarlo solo a la una de la madrugada”, remarcó.