En tiempos de crisis es una buena alternativa crear la huerta propia. Además el programa hace énfasis en la alimentación saludable. Esta semana llegarían las semillas. Destacan el trabajo en conjunto con articuladores locales.
Como ocurre desde hace años, los días previos a la llegada de la primavera genera la expectativa de la puesta en marcha del reconocido programa Pro Huerta. Se trata de un programa de políticas públicas que promueve las prácticas productivas agroecológicas para el autoabastecimiento, la educación alimentaria, la promoción de ferias y mercados alternativos con una mirada inclusiva de las familias productoras.
Es una política pública, implementada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación a través del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria, que permite realizar un abordaje integral de las diferentes realidades que plantea nuestro vasto territorio argentino.
Este abordaje territorial e integral llega a las familias productoras a través de la promoción de la producción agroecológica, tanto para el autoabastecimiento, la educación alimentaria, la comercialización en ferias y mercados alternativos y el rescate de especies, saberes y costumbres populares, con una mirada inclusiva que valora y potencia la diversidad.
Esta práctica productiva promueve el uso de técnicas amigables con el medio ambiente, el aprovechamiento de recursos locales y el uso de tecnologías apropiadas que mejoran el hábitat y la calidad de vida de las familias productoras y todo su entorno y toda su comunidad.
En lo que refiere a Mercedes, Protagonistas mantuvo diálogo con la ingeniera Laura Dicatarina “calculamos que la semana que viene – por esta – vamos a comenzar con la campaña 2018. Vamos a recibir las semillas y así poder entregarlas. Esto es sinónimo de expectativa, viste que la primavera es una época donde uno espera mejor producción. El otoñó pasó medio lluvioso así que las huertas por ahí estuvieron algo flojas y esperando en definitiva empezar con la entrega de semillas”.
La profesional destacó que el programa está orientado a familias en condiciones de vulnerabilidad, “tratamos de asistir a la mayor cantidad de gente posible. Este año estuvimos muchos trabajando con los barrios, asociándonos un poco a las promotoras de salud de los Centros de Atención para la Salud. Ellas me dieron una mano grandísima porque estamos trabajando un poco más en el territorio”.
En cuanto a la cantidad de kits que podrían estar llegando en esta temporada a la ciudad de Mercedes, la ingeniera Dicatarina sostuvo que el pedido que se realiza es en base al de la campaña anterior pero a eso se suma el interés de nuevos vecinos que quieren sumarse a esta posibilidad por lo que el número varía años tras año. “Hay veces que nos quedamos sin semillas ante de lo previsto, y en otras que nos sobra, aunque generalmente eso no pasa”, enfatizó, agregando que las semillas que se entregan son de muy buena calidad lo cual representa un plus y un interés por parte de los vecinos. “El poder germinativo que tienen es elevado y eso se nota al momento de realizar la siembra”, destacó la profesional.
Alternativa económica
Uno de los puntos altos del programa tiene que ver con el asistencialismo que se promueve, aunque claro está siempre que sea aprovechado por los beneficiarios del programa. En estos tiempos de bolsillos flacos y donde la economía lleva a aumentar la imaginación para poder superarla, es este programa sin duda una muy buen oportunidad . Sobre su aprovechamiento, Laura Dicatarina fue clara: “Hay de todo, este último tiempo tiene más gente que se anima a hacer su propia producción, entonces eso también se ve reflejado un poco por la crisis, por las ganas de tener una producción saludable. En el programa no sólo capacitamos sobre producción de alimentos, sino también tener en cuenta que es una huerta agroecológica, lo que implica que la producción es natural”.
En cuanto a la posibilidad de sumarse al programa, la ingeniera sostuvo que “la idea es que todo el mundo pueda acercarse y consultarnos; en la medida que nosotros podamos cumplir con esa demanda lo vamos a hacer. Si no pudiéramos, por una cuestión de cantidad, siempre tratamos de dividir los kits para que de alguna manera se puede llegar a la mayor cantidad de gente posible, de hecho un kit que está pensado para una familia tipo, es decir cuatro personas, sobra. Yo pido muchas veces cuando entregamos semillas que si les sobran, ese poquito lo den a un vecino o conocido, porque eso significa cuatro o cinco plantas que están ahí…”.